Tips para una consulta dermatológica
12/05/2022Como contexto:
– Un ciclo menstrual sano tiene una duración de 21-35 días.
– Tiene 3 fases principales: folicular, ovulación, fase lútea
Ahora, veamos cada una y cómo nuestras hormonas influyen en nuestra piel:
- Fase folicular: puede durar entre 7 y 21 días. Los niveles de estrógeno empiezan a subir, lo que estimula la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico, dejándonos como resultado una piel más fuerte, fresca y con una apariencia más radiante.
Tip: Exfoliar gentilmente para aprovechar que se están formando nuevas células epiteliales y potenciar ese glow.
- La ovulación: Es un evento de 1 día. Justo alrededor de la ovulación nuestra piel está en su mejor momento. Los niveles de hidratación son óptimos y hasta los poros pueden parecer más pequeñitos.
Tip: Si nuestra edad lo permite podemos darle un boost a la producción de colágeno con retinoides o humectantes con péptidos.
- Fase lútea: puede durar entre 10 y 16 días. Una vez pasada la ovulación, los niveles de estrógeno se desploman, mientras que la progesterona sube. Esta hormona activa la producción de sebo, lo que puede congestionar los poros y causar brotes.
Y ya más cerca de nuestro periodo, el estrógeno y la progesterona caen por debajo del nivel de la testosterona (sí, también tenemos testosterona!), lo que puede causar inflamación y una sobreproducción de sebo, pudiendo causar brotes hormonales.
Tip: Utilizar productos gentiles con ácido salicílico, que nos ayuden a limpiar los poros, combatir bacterias y prevenir futuros brotes. Y tomar mucha agua.
Finalmente, durante nuestro periodo las hormonas bajan. La producción de sebo empieza a disminuir y, sin los estrógenos, a nuestra piel le toma más trabajo mantenerse hidratada, por lo que puede sentirse más seca y opaca. Además, aumenta la producción de prostaglandinas, que pueden incrementar la sensibilidad al dolor y ocasionar que nuestra piel esté más sensible y reactiva.
Tip: Utilizar productos gentiles y que refuercen la barrera de protección de nuestra piel, además de evitar someterse a procedimientos dolorosos.